Los padres tenemos claro que nuestros hijos no deben abusar de las tecnologías. Retrasamos su acceso a ellas, controlamos sus dispositivos, miramos sus cuentas en redes sociales… Y, sin embargo, en el cole aprenden robótica. ¿Es una locura?
Lejos de ser una locura, la robótica como asignatura se presenta como una gran opción de aprendizaje para los niños en su etapa infantil. Gracias a esta novedosa asignatura, los pequeños adquieren y potencian actitudes y aptitudes realmente beneficiosas. Así hasta convertirse en una gran amiga.
Habilidades
Una de las grandes ventajas de estudiar robótica radica en el aprendizaje de habilidades. La motricidad fina, es decir, la capacidad de trabajar con las manos y los dedos con pequeñas elementos, es una de ellas. Ensamblar chips, colocar circuitos y ordenar elementos es como hacer un puzzle misterioso al que pronto se aficionan.
Otra de las habilidades que triunfan con la robótica es la psicomotricidad, es decir, la disciplina que relaciona conocimiento, emoción, movimiento y desarrollo corporal. Porque montar y programar una máquina para que haga tareas de forma autónoma implica organización, trabajo en equipo y resolución de problemas.
Por si fuera poco, esta enseñanza ayuda además a explorar y aprender de las cosas nuevas. Enfrentarse a lo desconocido con ingenio está ligado al incremento de la inteligencia. En las clases de robótica, lo que inicialmente podía parecer complicado se despieza en sencillas partes y acciones que, juntas, funcionan a la perfección.
Uso responsable de la tecnología
Puede parecer ilógico, pero está demostrado que los niños que estudian robótica son capaces de usar la tecnología de forma más responsable. Aprender qué es un robot puede ayudar mucho a comprender este mundo plagado de avances en el que viven.
Otra gran ventaja: anima a amar la ciencia. Esta rama del saber está íntimamente ligada a la capacidad de inteligencia humana, por lo que su estudio es más que recomendable. Si la introducción a la ciencia es divertida, interesante y con amigos, las probabilidades de apasionarse por esta disciplina se multiplican.
La sensación de poder y control del entorno es total. Si entienden los mecanismos, saben construirlos y los hacen funcionar, la autoconfianza se multiplica. La creación es parte de la vida. Por eso, crear es indispensable en nuestro desarrollo como seres humanos.
Como el estudio de la filosofía
El profesor Alfredo Pineda, docente de Informática en la Universidad Pública de Navarra (UPNA) y coordinador programas de robótica en centros de educación, asegura que “la robótica educativa ayuda a los alumnos a razonar; eso vale para Informática y para Filosofía”.
Y es que esta nueva asignatura potencia el pensamiento lógico. Los pequeños interrelacionan piezas que funcionarán por sí mismas. Y al mismo tiempo se divierten con sus amigos. ¿Qué más se puede pedir?
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